Eduardo Valverde
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Eduardo Valverde
Gerente de Conde de Benalúa
“El futuro de Granada es el turismo, la alimentación y la solidaridad”
El nuevo encuentro de Granada en Futuro tuvo como protagonista Eduardo Valverde, gerente de Conde de Benalúa, una empresa granadina dedicada a la producción de aceite de oliva
La pandemia del coronavirus llegó el pasado mes de marzo de 2020 para cambiar nuestras vidas por completo. Desde nuestro día a día y la forma de trabajar, hasta la manera de relacionarnos con los demás. Y más de un año después, los efectos derivados de la covid-19 todavía siguen presentes entre nosotros y hacen vivir a la sociedad uno de los momentos de mayor crisis que se recuerdan. Para conocer de cerca cómo ha vivido todo este periodo cada uno de los sectores productivos de la provincia, IDEAL y Cajamar han organizado Granada en Futuro, una acción que tiene como objetivo fomentar la recuperación económica de Granada tras la crisis del coronavirus.
Y en esta ocasión el protagonista de la nueva entrevista de Granada en Futuro fue Eduardo Valverde, gerente de Conde de Benalúa, que junto al periodista David Baños compartió una entrevista en la que habló sobre cómo han vivido los últimos meses, cómo les ha afectado la pandemia, el futuro de Granada y, como no podía ser de otra forma, aceite.
Conde de Benalúa se fundó en 1954 con poco más de 60 socios en unas instalaciones situadas a las afueras de Benalúa de las Villas. Desde entonces su crecimiento ha sido exponencial y a día de hoy, solo en su almazara de Benalúa de las Villas, moltura cosechas superiores a los 34 millones de kilos de aceituna. Cuentan con instalaciones de última generación, lo que les permite alcanzar una producción de unos 8,5 millones de litros anuales. Además, en la actualidad se encuentran inmersos en un ambicioso plan de innovación y mejora tecnológica con el que buscan llevar a un nuevo nivel sus instalaciones y duplicar así su capacidad de producción para superar los 16 millones de litros anuales.
Pandemia del coronavirus
Para comenzar, Eduardo reconoció que han tenido que hacer frente a una crisis “difícil de entender y de imaginar”. “En el inicio todos pensamos que iba a ser bastante más fácil pero cuando fuimos entrando en la campaña nos dimos cuenta que había que planificarse con mucho más personal, medidas de seguridad y muchas más PCR de las que esperábamos”, una situación a la que tuvieron que adaptarse con la máxima rapidez y que “quedará grabada para siempre en nuestras mentes”. Como actividad esencial, pudieron seguir manteniéndose cada día al pie del cañón con un único objetivo: “la gente del campo, aunque a veces seamos los grandes olvidados, siempre es fiel y está ahí para dar de comer a la sociedad”.
Durante todo este tiempo, en Conde de Benalúa han observado como las tendencias de consumo han cambiado a causa de la pandemia. “En el sector agroalimentario hay sombras y luces. Sombras por la hostelería, donde hubo una bajada importante al no haber actividad, y luces por la parte de la alimentación de los hogares”, contó Eduardo, que reconoció que en ese sentido han conseguido crecer casi un 40%, algo que se debe a que “hemos vuelto a disfrutar de la cocina casera”. “Esta crisis nos ha metido mucho tiempo en casa y el consumidor ha dedicado más tiempo a los alimentos seguros a los que les permiten gozar de una relación de seguridad y salud”.
Aceites granadinos
Al ser preguntado por David Baños sobre si el marketing seguía siendo la principal asignatura pendiente para las empresas dedicadas al aceite de oliva en España, el gerente de Conde de Benalúa reconoció que las grandes productoras de aceite normalmente han basado su modelo de negocio en la producción, sin centrarse tanto en la imagen. Algo que esta cambiando ya que “cada vez hay más productos españoles con reconocimiento. Nuestra marca Amarga y Pica es un claro ejemplo de ello: un producto original, de calidad e identitario del aceite de Granada”.
Centrando la mirada en su actividad, Eduardo recordó los inicios de Conde de Benalúa, que tuvieron lugar en un pequeño pueblo de Granada de unos 800 habitantes con una pequeña almazara. Mientras que reconoce que el aceite Amarga y Pica nació de una situación de crisis. “Entre 2005 y 2006, debido a unos problemas de heladas, nos quedamos en una situación difícil y con un futuro incierto. Pensamos en cómo queríamos vernos en el futuro y buscamos algo que nos hiciera diferentes, con mucha visibilidad”, algo que les llevó a dar con un aceite fuerte, potente y con mucho sabor, uno de los que no deja indiferente a nadie. “Ahí empezamos con Amarga y Pica, con la aceituna picual, el gran descubrimiento de los últimos años que nos llevó a acuñar esta marca y a sumar y crecer, nos sentimos muy orgullosos de ello”.
El futuro de Granada
En la recta final de la entrevista, que como el resto de encuentros de Granada en Futuro se desarrolló en la Abadía del Sacromonte, Baños y Valverde conversaron sobre la situación en la que se encuentra la provincia. “Hay que tener calma aunque ahora se vea todo gris y pensar en cómo queremos vernos dentro de unos años. Granada tiene que cambiar la mentalidad y creerse más el proyecto de Granada en Granada”, comentó Valverde, que añadió que “nosotros lo vivimos en 2005 con las heladas, lo que nos obligó a hacer un cambio de negocio”. Una situación por la que, a su criterio, también tiene que pasar la provincia de Granada, para la que cree que su solución “está en Granada y en los granadinos”, algo que ejemplificó de la siguiente manera: “muchas veces somos muy buenos para los que vienen de fuera pero muy críticos con nosotros mismos”.
Como clave para el desarrollo de la provincia, aseguró que “ahora es el momento de darnos cuenta de que tenemos vecinos, compañeros en los que hay que confiar y el futuro va a ir por apoyar a los proyectos de Granada y estar más cerca los unos de los otros”. Mientras que para finalizar, David Baños le pidió que completase la frase de “el futuro de Granada es”, a lo que el gerente de Conde de Benalúa dijo que “el futuro de Granada es el turismo, la alimentación y la solidaridad”.